"No le dí mucha importancia y me fuí a la casa. Pero a los 20 minutos me estaban llamando que tenía que ir al hospital de inmediato porque algo estaba mal". dijo Carla Vela la madre de Alondra.
Esa fue la llamada que alteró la vida de Vela y su familia.Su hijita Alondra de dos años fue diagnosticada con leucemia tipo "b" luego de presentar síntomas similares a un resfrío.
"Nunca te imaginas que te va a suceder y la llevé porque tenía una gripe y algunas manchitas aquí que le vimos", ella dijo. "Pero nada que nos preocupó''.
La noticia les cayó como un balde de agua fría, ya que solo el día antes, celebraban su cumpleaños sin imaginarse la batalla que enfrentarían.
Alondra fue atendida en el hospital infantil Driscoll durante casi dos años y medio.
"Es una bendición que tenemos aquí a Driscoll Children's Hospital. Le debemos mucho", dijo Vela.
Luego de tratamientos que involucraron quimioterapias semanales y punciones espinales mínimo una vez al mes, Alondra venció el cáncer y desde hace más de seis años está en remisión.
"Es una luchadora y pues salimos de todo esto pero ahora en Septiembre siempre tratamos de apoyar en todo lo que podemos", dijo Vela.
.Hoy en día Alondra es una niña muy alegre y activa que recuerda muy poco lo que vivió.
Sin embargo, debido a los tratamientos agresivos a los que se sometió, sigue bajo monitoreo y a menudo viaja a San Antonio para recibir cuidados después de tratamiento.
"No recuerdo mucho, y a veces se siente raro", dijo Alondra.
"Pero me siento orgullosa — orgullosa y bendecida", dijo Alondra.
Así es como la familia Vela se siente tras haberle ganado la batalla al cáncer, no solo con la atención médica que recibieron, sino también guiados por su fé.
