El día que la familia de Pablo Castro había estado esperando desde hace más de una década por fin llegó.
El miércoles el estado de Texas ejecutará al asesino convicto John Henry Ramirez.
Ramirez ha estado en el pabellón de la muerte desde el 2009 tras ser encontrado culpable del homicidio de Castro en julio del 2004.
Castro trabajaba en una tienda de servicio rápido y estaba sacando la basura cuando Ramirez lo degolló y acuchilló durante un robo.
El motín con el que Ramirez y dos acómplices escaparon fue solo $1.25.
Ramirez estuvo prófugo de la justicia hasta que fue arrestado cerca de Brownsville en febrero del 2008.
“No tengo nada que decir”, dijo su hijo Aaron Castro. “Es una persona asquerosa. Lo que hizo no tiene perdón, no hay nada que pueda justificar este crimen. No vale llorar ahora, él tiene que ser ejecutado”.
Ramirez no estaba solo esa noche.
Christina Chavez y Angela Rodriguez, lo acompañaban.
Rodriguez está sirviendo una sentencia de 99 años en prisión por el asesinato y Chavez está cumpliendo una sentencia de 25 años por robo agravado.
De acuerdo al Departamento de Justicia Criminal de Texas, la ejecución de Castro es una de seis que se llevarán a cabo este año.
Otra ejecución está programada para finales del mes, y hay otras dos más en octubre y tres en noviembre.
