CORPUS CHRISTI, Texas — Ellos son los bomberos pertenecientes a la estación 3, y son quienes, día a día, arriesgan sus vidas, respondiendo de inmediato cuando la ciudad más los necesita.
Es por eso que, según el jefe del batallón Frank Salansky, se aseguran que los bomberos reciban un intenso entrenamiento cavando zanjas que los prepara para lidiar con situaciones de alto riesgo.
“Es una situación muy realista", dijo. "Entrenan en paredes que pueden colapsar y eso lo hace aun mas peligroso”.
El capitan Kyle Clearman fue uno de los bomberos al mando de la operación, y cuenta que debido a que el hombre ya había fallecido el lunes, se tardaron varias horas no solamente para asegurarse de no causarle daños al cuerpo, sino también porque debían estabilizar la zanja para protegerse por si colapsaba de nuevo.
"Si hubiera sido una operación de rescate la urgencia cambia", dijo Clearman. "Pero aun así, cuando se trata de recuperar un cuerpo los bomberos están en alto riesgo y queremos que los que están dentro de la zanja estén lo mas seguros posibles".
Hay un camión que llevan a las operaciones de recuperacion y de rescate ya que adentro contiene todos los equipos necesarios para este tipo de operaciones como estas bases de madera que utilizan para estabilizar zanjas.
Pero algo para lo cual no pueden entrenar es el trauma emocional con el que tienen que lidiar cuando se enfrentan a tragedias donde hay pérdidas humanas.
“En ese momento es un trabajo que debemos cumplir", dijo el bombero John Thompson. "Entonces debes separarte de la parte emocional”.
Y a pesar de que dicen no pensar en eso mientras estan en acción, cuando la operación termina, el departamento de bomberos cuenta con un equipo de psicológos, pero dicen que lo que más les ayuda es apoyarse entre ellos.
"Cuando regresamos a la estación conversamos entre nosotros, nos damos aliento hemos trabajado juntos muchos años y somos una familia”, dijo el bombero Michael Rodriguez.
A pesar de que su trabajo en el colapso de la zanja duró mas de siete horas, los bomberos no tuvieron descanso ya que los turnos suelen ser de 24 horas.
Y es así como continúan con su labor, motivados con el proposito de ayudar a otros, a pesar de que eso represente muchas veces arriesgar su propia vida.
